Me encanta dar con gente incrédula en ciertos temas, sobre todo en el de la capacidad de mediumnidad. Porque se dan cuenta que somos eternos en esencia y en espíritu, que hay algo más allá de lo que podemos ver y que si nos abrimos somos capaces de sentir.

Todo comenzó con una lectura de Tarot normal, hasta que llegamos a un punto “difícil” de tratar como es la partida de alguien. Tengo varios tipos de mediumnidad que aparecen en los momentos más inesperados cuando alguien quiere hacerse escuchar en este plano, recordemos que yo soy un simple puente entre esta parte y la otra tan desconocida.

Hubo mensajes muy reconfortantes y respuestas a preguntas que continuaban en el aire para la persona que tenía enfrente, cuando comienzas a dar datos y contar lo que visualizas es entonces cuando la persona que tienes enfrente se da cuenta que aquel que un día estuvo de cuerpo presente a su lado lo sigue haciendo de manera distinta.

Estas sesiones aparecen de la manera más inesperada y ayudan mucho a quienes reciben los mensajes, sobre todo porque cuando nos vamos de este plano y pasamos al siguiente todo, absolutamente todo se olvida quedando así solo los buenos recuerdos ya que es como ellos/ellas desean que se les recuerde, no nos llevamos rencores de discusiones pasadas, sería absurdo para la ascensión del alma y eso hace que el que recibe el mensaje se de cuenta que todo está perdonado aunque en realidad no hubiera nada que perdonar y digo esto porque me he dado cuenta a lo largo de mis sesiones que los que se quedan siguen teniendo esa sensación de no haber pedido perdón cuando debían o haber expresado lo que sentían.

Una cosa que me encanta cuando vamos finalizando la sesión es que siempre dicen “dile/a que lo amo” a lo que yo contesto, ya se lo estás diciendo tú. 

Que yo sea una simple intermediaria no hace que ellos me oigan más a mí que al ser querido en este plano, por eso siempre les abro a que a partir de ese momento hablen con ellos y se abran a sentir porque nunca nos abandonan y pueden oirnos.

Gracias a todas aquellas personas que me permitieron ser canalizadas para dar mensajes de amor y gracias a todas aquellas personas que se abrieron a recibir los mensajes sanadores que sus familiares les enviaron y les permitió creer que hay vida después de la vida.

MEG

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